2006/08/11

como consegir musgo

-Como conseguir musgo-
La finalidad más atractiva del musgo es resaltar la superficie del bonsái y matener la tierra humeda, pero hemos de tener en cuenta la armonia del bonsái. Un bonsái recien plantado, joven, que tenga una capa sólida de musgo no es natural. Es mejor que el musgo salga por si solo y a su ritmo. Si se riega con una buena agua el musgo ya sale por si solo pues si tenemos el bonsai en el exterior las esporas del musgo se van dipositando en la maceta. Es muy complicado mantener musgo en un bonsai de interior, pues las condiciones no son muy aptas para su reproducción y supervivencia. En los bonsái de exterior ya es más sencillo, pues el musgo está en condiciones normales como en su hábitat natural. Es fácil que el musgo se muera cuando hace mucha calor, se necesita mucha humedad para mantener musgo en verano. La mejor manera de obtener musgo casero es obtener musgo algún día que vayas a la montaña, recoger buenos trozos, dejarlos secar, pasarlo por un cedazo y guardarlo en un paquete herméticamente cerrado. Cuando quieras musgo en tu bonsai, espolvorea el musgo seco por la superficie y cubrelo con una capa de tierra muy fina. Se riega muy suavemente durante unos días y obtendremos musgo. Aunque te recomiendo que no te obsesiones con el musgo, no es vital para el bonsai y quererlo mantener a veces perjudicamos al autentico protagonista que es el árbolito, pues con las ganas de mantener el musgo fresco perjudicamos a las raices por exceso de humedad. No tiene gran exito si plantamos a trozos el musgo. De este modo, o bien se seca y se hace migas, o si coge se apelmaza. Aquí hay otra receta para hacer musgo (en otoño/invierno): Regar la superficies con suavidad y aplicar una parte de leche de manteca(leche con mantequilla) con tres o cuatro partes de agua. Si se forman sales alcalinas en la superficie, pulverizar con turba fina o mantillo.

盆栽 ver muestrario ,,AKI,,

Bonsái, árbol miniaturizado, cultivado según los preceptos de la antigua práctica homónima, de origen oriental. El término bonsái es de derivación china y significa literalmente “pequeño árbol en maceta de bordes bajos”. La técnica de cultivo consiste en hacer crecer el árbol en poca tierra, dentro de una maceta poco profunda, y someter las ramas y las raíces a una poda frecuente, para limitar su crecimiento en altura y permitir su robustecimiento, conservando también las proporciones justas.

Los bonsáis pueden vivir centenares de años; a algunos ejemplares vivos se les atribuye una edad de 500 años, La técnica nacio en China.

2006/08/10

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INTRODUCCIÓN


Un manual exhaustivo de jardinería, podría llevar tantas páginas que sería imposible alojarlo en este pequeño espacio de la web, por eso aquí veremos solamente unas ideas generales sobre el cuidado de las plantas, centrándonos en el cultivo de plantas en maceta y más concretamente de especies que puedan ser adaptadas con el fin de obtener bonsai.

Cada planta, cada especie, es diferente a las demás, pero todas ellas tienen algo en común, y es que pueden ser cultivadas con mayor o menor dificultad, dependiendo de los factores que la rodean.

Luz, temperatura, humedad, tipo y profundidad de la tierra, etc., son factores que actúan directamente en el desarrollo de las plantas, y el control de estos factores o la adaptación de la planta a ellos es el problema que trataremos de resolver en estas páginas de jardinería.

El Clima
El conjunto de fenómenos atmosféricos que ocurren en una determinada zona a lo largo del tiempo, junto con la composición de la tierra, crean la biodiversidad natural de esa zona. Las temperaturas, la humedad, las precipitaciones, el viento, etc. hacen que, de forma natural, se seleccionen las plantas capacitadas para sobrevivir desapareciendo el resto de las plantas. A nivel general y natural, esto es correcto, pero ¿quiere decir esto que en un clima desértico, por ejemplo, sólo podríamos plantar cactus?; sería como decir que en Australia sólo pueden crecer eucaliptos. Conocer el clima de la zona en que estamos situados es imprescindible para el cultivo de las plantas, pero no para asumirlo como algo inevitable, sino para aportar a las plantas que deseemos cultivar aquellos elementos que le faltan.

Para empezar, lo más sencillo es buscar las especies que crecen a nuestro alrededor, ya que si han sobrevivido de forma natural, utilizando el mismo tipo de tierra y teniendo el mismo clima, se estarán desarrollando en sus condiciones idóneas y además será más fácil encontrar información sobre sus formas de reproducción, épocas de cultivo, etc.

Ahora bien, si lo que queremos es cultivar una determinada especie y además ésta necesita unas condiciones completamente diferentes a las que le podemos ofrecer de forma natural no nos queda más remedio que modificar el clima, es decir, crear un microclima para esa planta determinada. Esto es, a veces, tan sencillo como meter las plantas dentro de casa si necesitan calor en invierno o crear una zona de sombra y pulverizar con agua de vez en cuando si hace mucho sol y calor y las plantas no lo soportan, lo que nos lleva a pensar que lo importante es conocer lo más precisamente posible las necesidades de cada planta.

Para que os riáis un poco de mí, os contaré que me trasladé de casa hace cuatro años y, aunque sólo me desplacé unos 500 metros, pasé de tener una terraza con orientación Oeste a otra con orientación Este. Las plantas que antes colocaba en la zona que recogía el máximo sol de la tarde, ahora se me achicharraban al sol de la mañana; antes, la pared de la casa me creaba una zona de sombra natural, ahora no tenía forma de dar sombra a las plantas. Al principio fue un caos total, había cambiado de clima drásticamente y con el jaleo del traslado tampoco podía dedicarme demasiado a las plantas. Poco a poco, utilizando las plantas más resistentes para dar sombra a las menos, con alguna sombrilla, pulverizando con agua más frecuentemente y, al final, poniendo un toldo para poder cubrir toda la terraza los días de mucho sol, fui salvando la situación.

Cuando viajo a zonas de climas suaves, al principio, pienso que debe ser un placer cultivar las plantas donde casi se cuidan solas, pero la verdad es que es más fácil dominar los climas drásticos que los suaves; por ejemplo, en un clima desértico, lo único que hace falta es crear sombra y humedad para las plantas que lo necesiten, mientras que un ambiente tropical (húmedo y cálido) ¿cómo lo secamos o enfriamos?.

De todas formas, repito, aunque es importante conocer el clima, es más importante conocer las plantas (o su procedencia) de tal forma que, por regla general, las plantas que proceden de climas tropicales, necesitan bastante humedad ambiental, calor pero no excesivo sol, y no soportan las heladas ni cambios bruscos de las temperaturas. Las de climas continentales, al contrario, necesitan mucha luz y soportan tanto el calor como el frío, así como grandes variaciones en las temperaturas. Las de clima mediterráneo suelen necesitar luz, calor y humedad en la tierra, pero se resienten ante temperaturas inferiores a los –5º C. Y las de climas desérticos soportan el calor, la falta de humedad y cambios bruscos de temperaturas entre el día y la noche, pero no suelen soportar las heladas.

Aunque es una regla muy general, sabiendo la zona originaria de una planta, es posible crear el microclima adecuado para que, al menos, sobreviva.

Las estaciones
Las estaciones marcan los ciclos biológicos de las plantas y, por lo tanto, nuestras actividades de jardinería sirviendo como regla común lo siguiente:

Principio de primavera: Comienza la actividad de las plantas de hoja caduca apareciendo las yemas que producirán las nuevas ramas y hojas. Es buen momento para la plantación de las semillas que no requieran estratificación y de esquejes de especies de hoja caduca. Abonar las plantas, repitiendo la operación cada 20 días aproximadamente con un abono rico en nitrógeno.

Primavera: Es el momento de trasplantar las plantas que lo necesiten, sacar al exterior aquellas que hayan permanecido en invernadero (teniendo cuidado si pueden presentarse heladas tardías, dependiendo de los climas) y comenzar los tratamientos de prevención contra insectos y demás parásitos en plantas cuyas yemas se hayan abierto. Si los acodos aéreos realizados el año anterior tienen suficientes raíces, deben ser separados de la planta madre. También se puede quitar el alambre de los bonsai que ya no lo necesiten.

Principio de verano: Es el momento de más trabajo, pero también el más agradecido para la jardinería. Habrán brotado las semillas y esquejes plantados. Hay que desfoliar y alambrar aquellos árboles caducifolios que lo precisen, pinzar las coníferas para mantener su forma, vigilar los ataques de parásitos y observar el crecimiento de las plantas.

Verano: Atención especial al riego, pues el calor hace que las plantas se sequen más rápidamente. Convendrá pulverizar con agua varias veces al día, pero nunca cuando le dé el sol directamente en las hojas. Hacia finales del verano, conviene cambiar el tipo de abono a uno más rico en fósforo lo que ayudará a madurar los frutos y a reforzar el sistema de raíces.

Principio de otoño: Se reducen al mínimo abonado y riego coincidiendo con la disminución de las temperaturas y el aumento de la humedad ambiental. Tener cuidado con las especies alambradas, pues en esta época algunas plantas (sobre todo las coníferas) tienen tendencia a engrosar tronco y ramas.

Otoño: Los árboles caducifolios empiezan a perder sus hojas y a prepararse para el invierno. Es el momento de recoger semillas en el campo, preparar acodos aéreos, plantar esquejes de plantas de hoja perenne, alambrar las coníferas y preparar las zonas de hibernación de las plantas que lo necesiten.

Principio de invierno: El momento más relajado, en el que se pueden plantar las semillas que requieren estratificación. Abonar las plantas con polvo de huesos que es un alimento de acción lenta que empezará a dejar ir sus nutrientes la próxima primavera. Recoger, donde sea necesario, aquellas plantas que no aguanten las heladas y realizar un mantenimiento rutinario de las plantas, regando cuando sea necesario.

Invierno: Comprobación y mantenimiento rutinario de las plantas, asegurándose de que las especies de hoja perenne reciben luz suficiente ya que de lo contrario las hojas palidecerían.

La luz

El aporte de luz es necesario para el desarrollo de todas las plantas, pero, como en el resto de los casos, cada planta tiene sus propias necesidades, yendo desde las que necesitan estar en zonas oscuras hasta las que precisan la acción directa del sol sobre sus hojas. De todas formas, y esta es una norma general en la jardinería, es mejor pecar por defecto que por exceso, ya que el sol directo sobre una planta que no lo necesita puede quemar las hojas llegando incluso a matarla, mientras que si hay falta de luz, la planta simplemente genera tallos larguiruchos con mucha distancia entre las hojas, siendo éste un síntoma fácilmente visible.

Al final de esta introducción se verán las necesidades de cada planta según el tipo de sus hojas, que, como norma general, puede ayudarnos bastante a la hora de elegir las plantas a cultivar o crear el medio adecuado para las que tenemos.

El sustrato
Aunque en la mayoría de los libros se recomienda el compost comprado por estar libre de semillas de malas hierbas, lo normal es utilizar la tierra que podamos conseguir cerca de donde vivimos mezclándola con diferentes compuestos para conseguir los resultados necesitados.

Los materiales que suelen componer la tierra son arcilla, turba, arena y humus, y, como siempre, dependiendo de las especies que queramos cultivar, tendremos que utilizar las proporciones adecuadas de cada uno de estos materiales. Por ejemplo, la arcilla ayuda a mantener la humedad del sustrato, la turba le da acidez a la tierra, la arena proporciona un mejor drenaje a las plantas y el humus hace que el sustrato sea más esponjoso y rico en materias orgánicas que, al descomponerse, le dan acidez.

La humedad del suelo
El agua es el elemento que aporta a las raíces los nutrientes y el oxígeno y, por lo tanto, necesaria para que las plantas se mantengan vivas, pero un suelo continuamente encharcado ocasiona, en la mayoría de los casos, la podredumbre de las raíces provocando la muerte de la planta. Sin embargo, la escasez de agua, excepto en las coníferas, suele provocar la flacidez de las hojas, que es un síntoma fácilmente corregible.

Si el sustrato se ha secado mucho, es posible que al regar las plantas, el agua pase a través de la tierra sin humedecerla, en cuyo caso habrá que sumergir las macetas en un recipiente hasta que la tierra absorba el agua y deje de hacer burbujas en la superficie.

Hay algunas plantas (azaleas, cítricos, camelias, ...) que son especialmente sensibles al agua dura, es decir, al agua con cal por lo que, si éste es el caso, habrá que ablandar el agua. Esto puede hacerse utilizando posos de café, turba, u otros componentes que le den acidez al agua.

TRANSPLANTE

El Transplante


Un bonsai vive en una reducida cantidad de tierra o sustrato es por esto que este se va agotando y sus propiedades de retención de agua, cantidad de nutrientes van disminuyendo, otra razón muy importante es que debido al crecimiento de las raices el espacio se agota y la tierra se satura de estas.

Por eso un transplante con regularidad es necesario, la frecuencia varios de 1 a 7 años dependiendo de la especie, edad, tipo de tierra, etc. La referecia de frecuencia se podría explicar como sigue:

Un árbol de hoja caduca requiere mayor frecuencia de cambio.
Un árbol de hoja perenne requiere menos frecuencia de transplante.
Un árbol joven requiere mayor frecuencia de transplante.
Un árbol viejo requiere menor frecuencia de transplante.
Una frecuencia seguida es 1 cada un año y debemos ir dismuyendo la frecuencia a medida que pasan los años, la frecuecia es sumamente relativa y va depender del grado de crecimiento de las raíces, nos daremos cuenta cuando se necesita un recambio si las raíces se comienzan a enrrollar al interior o comienzan a salir por lo orificios de drenaje.

La cantidad de sustrato o tierra a remover es unos dos tercios del cepellón compacto, tanto en sentido horizontal y vertical. La forma de proceder es la siguiente:

Soltamos la tierra de los bordes para sacar el cepellón tomando firmemente desde el tronco al árbol.
Después de retirarlo removemos la tierra con alguna herramieta en forma de gancho son filo, de manera de ir peinando las raices desde arriba hacia abajo, aflojando la tierra.
En este punto nos detendremos para explicar la poda de raíces, esto se realiza casi siempre que transplantamos, esta operación "renueva la vida" del bonsai, esta poda consiste en cortar las raices más gruesas ya que estas solo cumplen una función de anclaje, con estos cortes estimularemos el crecimiento de pelillos o raicillas que son los que aumentarán las capacidades de un bonsai de tomar agua y nutrientes. La cantidad de raices a cortar es de 1/3 del cepellón en coníferas en forma de semi-circulo y 2/3 del cepellón en arboles de hoja perenne.

Continuando con el transplante que debe realizarse preferentemente a fines de invierno cuando las yemasy brotes estén próximos a abrir, en otra época se podrá realizar sin hacer poda de raíces y cuidando las condiciones ambientales (no mucho calor riesgo de deshidratación, ni mucho frío), jamás se deben lavar las raíces.
Luego de retirada la tierra vieja se prepara la maceta y se pone una primera capa de material granular que sirva de drenaje, luego una capa de tierra que hallamos elegido se coloca el árbol y se ancla con alambre de cobre pasado a través de los orificios de drenaje, se va colocando la tierra en capas de 2 a 3 cm. y se va compactanto una a la vez con palillo delgado sacando el aire atrapado. Después se riega abundantemente y se deja a semi-sombra por 2 semanas.

LA PODA

La Poda


La poda es una labor muy importante en la mantención de un bonsai y debemos hacerla basados en técnicas básicas de corte y por otro lado conociendo las reglas del estilo que queramos desarrollar.
Algunas recomendaciones importantes para realizar una buena poda:



La época del año en que se realizan dependen principalmente de la especie, pero por lo general para arboles de hoja persistente se hace a finales del invierno antes de que la primavera comience y en arboles de hoja caduca se puede realizar cuando el ejemplar haya quedado sin hojas en invierno dejando para fines de primavera la tarea de sacar brotes en lugares no deseados.
Los arboles de hoja caduca resisten muy bien las podas, mucho más que los de hoja perenne a los cuales nunca deberemos dejarlos con menos del 50% de su superficie foliar total.
Antes de realizar cualquier poda debemos estudiar muy bien el estilo que queremos lograr.
Podriamos decir que existen dos momentos importentes respecto a las podas, primero en el momento en que tenemos por primera vez el ejemplar, recién comprado en vivero o recolectado. En esta primera poda debemos quitar todos los brotes y ramas que definitivamente no van con ningún estilo y afean el ejemplar, por ejemplo debemos quitar todos los brotes que salgan en la axilas de las ramas, brotes de la base (si es que no se va a realizar un estilo de tronco doble donde podría ser útil), quitar ramillas secas, hojas secas, hojas en mal estado o de fea apariencia, cortar ramas que se prolongan de sobre manera, etc. en fin todos esos pequeños detalles que afean y no dejan apreciar el estilo que podriamos encontrar.

EL ALAMBRADO

El Alambrado


El alambrado es una tarea sencilla si se hace siguiendo algunas recomendaciones y trabajando de forma paciente y segura. Esta tarea nace de la necesidad de copiar las fuerzas de la naturaleza a las que están sometidos los arboles tales como el viento, la lluvia, la nieve, tormentas,etc. Los arboles en la naturaleza nos dicen con su forma a que fuerzas han estado sometido y es fundamental imaginar las formas que le propinaron dichas fuerzas en cada una de las ramas y tronco del bonsai.

Lo más delicado en el proceso de alambrado es que si no se hace con cuidado lo más probable es que quebremos alguna rama o pasemos a llevar hojas, es común causar heridas en el tronco al poner un alambre de diámetro inadecuado o al apretar demasiado.

La mejor época para alambrar es a mediados del otoño cuando la madera aún está flexible y ya camino a lignificarse y endurecer, los riegos de alambrar fuera de época son principalmente incrustación del alambra en las ramas y troncos debido al crecimientos de estos.

Para alambrar debemos tener ciertas consideraciones básicas:

Utilizar alambre de cobre, este es resistente a la oxidación y si se le somete al fuego hasta que se ponga rojo y se deja enfriar lentamente se coloca muy blando y una vez que lo usamos se vuelve a endurecer debido al movimiento.
El alambre no debe quedar ni suelto ni muy apretado, debe quedar ajustado sin estrangular.




Como vemos en la fotografía un correcto ajuste del alambre, debemos también observar que se están enrrollando dos alambres sin nunca cruzarse, el primer alambre es grueso para la rama de mayor diámetro y de forma paralela a este, un alambre más delgado para las ramas más finas, como referencia general el alambre debe ser más o menos 1/3 del grosor de la rama a alambrar.




Como observamos en la segunda fotografía el alambre siempre debe comenzar en una rama pasando por sobre esta, o sea, dar la vuelta al tronco para luego pasar inicialmente sobre la rama.
El ángulo para girar es de 45º, y a una distancia como se observa en la figura.
Una de las formas de comenzar a alambrar es enterrar una punta en la tierra del bonsai y luego comenzar a enrrollar hacia arriba, o también comenzar en la punta de una rama, pasar por el tronco para terminar en otra rama (técnica usada en la figura).
Cuando veamos que la curvatura que le vamos a dar a la rama es demasiado pronunciada con el peligro que se quiebre debemos antes de alambrar colocar un "vendaje", se puede hacer envolviendo con cinta adhesiva. (es útil la que se usa para aislación eléctrica que de material flexible, huincha aislante).

EL RIEGO

El Riego


El riego es una tarea períodica que no se puede dejar de hacer, el agua que entregamos con esta acción es el elemento que lleva los nutrientes de la tierra a las raíces. Lo más complicado de esta tarea es sin duda la frecuencia con que lo hagamos, una falta de riego provocará un palidecimiento de las hojas y se pondrán caídas. Por otro lado un riego excesivo traerá un posible pudrición o formación de hongos no beneficiosos para el bonsai, es más complicado salvar a una especie con procesos de pudrición que una que sufre por falta de agua. El riego se debe hacer con elementos de lluvia fina como regaderas de manera de no socavar la tierra o dañas las hojas de nuestro bonsai.
El agua apropiada es la de lluvia o de vertiente, pero ya que es difícil de obtener se pueden regar con agua potable de cañería que colocaremos a decantar por 24 horas de manera que el cloro y otros elementos que contiene se vayan al fondo, debemos además tapar este recipiente para evitar la proliferación de hongos en el agua.

A pesar de lo que podrimos pensar, regar no es tan fácil, no por el hecho de tener que dejar caer el agua en la maceta, la complicación radica en las frecuencias de riego, y le tomará un tiempo a un novato aprender el tiempo y con cuanta agua hacerlo.

Es mucho más conveniente regar a internvalos más amplios con bastante agua que muy seguido y con poca agua. Hay especies como las coníferas que prefieren leves sequías y otras que no las soportan, con esto último se infiere que el riego no es el mismo para cada especie, respecto a esto es recomendable crear en el lugar que hemos destinado para nuestros bonsai pequeños microclimas, una con semi-sombra, otro soleado, seco, húmedos, etc. he ir ubicando a las especies según sus preferencias.

Para bonsai plantados en macetas de cerámica muy poco porosas que estén plantados en tierra corriente el riego no debe ser, en invierno, aproximadamente una o dos veces por semana dependiendo de las condiciones ambientales, también podemos colocar el bonsai bajo la lluvia siempre y cuando esta no sea muy fuerte, en verano debe hacerse un riego diario. Ddependiendo del tipo de tierra debemos considerar que en tierras granulares de 2 a 6 mm esta se seca muy rápido y deberiamos regar dos o más veces al día. En macetas de greda (alfarería rústica) el riego debe ser en verano cada 1 o dos días dependiendo de las condiciones.

Debemos considerar que el riego está influenciado por muchos factores, debido a esto es muy complicado decir cual es la frecuencia de riego adecuada, no existe una receta para esto, lo único que podemos hacer es tomar en cuenta estos factores.

FERTILIZACION

La Fertilización


La fertilización es una tarea que le proporcionará a los bonsai sus nutrientes necesarios para vivir, les darán vitalidad, crecimiento, verdor, mayor cantidad de flores y frutos firmes, resistencia a plagas y a condiciones adversas.

Un bonsai tiene los mismos requerimientos nutricionales que un árbol corriente, estos elementos son nitrogeno (N), fosforo (P), potasio (K) y los llamados micro-elementos tales como boro, manganeso, fierro, etc.

Hay varios tipos de abonos o fertilizantes que los podriamos dividir en orgánicos y químicos, los orgánicos son los que obtenemos de compuestos naturales como guano de ave, ceniza de madera, harina de pescado y de hueso, etc. los químicos son los que podemos comprar directamente en los supermercados o establecimientos de construcción y hogar.

Los problemas de elegir que abono utilizó son:

Debo regular la cantidad de cada elemento una falta o un exceso no es buena.
Debo crear una frecuencia de abonado dependiendo de la época del año, en invierno no sé debería abonar ya que los árboles están en período de descanso, quizás solo se deberían abonar una vez al mes los ejemplares de origen trópical si están en sustrato pobre, en primavera es la época en que el abonado requiere de mayor atención y debe ser hecho cada 14 o 15 días con todos los nutrientes necesarios, en verano es parecido a primavera con la salvedad de no abonar en los meses más calurosos (en Chile enero y febrero) en esta época el árbol transpira demasiado y necesita mucha agua, si abonamos la eficiencia de la absorción de agua de las raíces se ve perjudicada, en otoño el abonado debe ser más espaciado (2 veces al mes) y solo con elementos como potasio y principalmente fósforo.
Un problema serio radica en que los abonos especiales para bonsai son lo mismo que algún abono que podriamos comprar en mayor cantidad y más baratos, la diferencia redica en que estos tienen reguladas las dosis de cada elemento. Si usamos abonos orgánicos solo los especialistas como agronomos saben las cantidades y frecuencias a ocupar además de atraer bichos y tener olor, algunos abonos químicos que son de absorción rápida puende causar daños por "sobredosis", entonces creo que la mejor solución (opinión personal después de probar muchas opciones) es usar un abono líquido (en el comercio hay varios para plantas de interior y exterior) y diluirlo hasta llegar a una dosis de entre 5 a 6 partes de nitrogeno, potasio y fosforo más los microelementos, en algunos específican las dosis normales y dosis para árboles con bajo requerimiento nutricional, debemos usar esta última con una frecuencia de 14 a 15 dias.




La primera imagen muestra un deficit de nitrogeno, este elemento es que proporciona el creciemiento del árbol, un exceso de nitrogeno produce una crecimiento exagerado y debilidad.
La segunda imagen nos muestra un deficit de fósforo, este elemento nos proporciona prolíferación de flores y frutos, además de crecimient lento de hojas y raíces.



La imagen superior nos muestra deficiencia de potasion que es la que nos da el verdor y le proporciona a árbol resistencia a plagas y enfermedades.
La siguiente imagen es deficiencia de magnesio, se ve claramente colores amarillos entre las venas de la hoja, colores rojizos y debilitamiento.




La imagen superior es dificiencia de Hierro, muestra colores cloroticos en algunas hojas y en otras no.
La siguiente es falta de maganeso se presenta un amarillenteo de las hojas rodeadas por circulos de otros colores.